Herencias negadas
Y raíces perdidas.
Eso nos dejaron,
Así nos condenaron
A vidas ausentes de amor,
Pero deseosas de oro.
Se llevaron nuestro oro,
Pero nos dejaron el deseo de tenerlo.
Mal cambio,
Triste destino,
No se llevaron la tierra
Por que no les cupo en el barco.
Nos acostumbraron a caminar mirando al piso.
Antes, para no ofender los rostros nobles,
Ahora para no tener esperanza.
Olvidamos mirar la luna,
Cómo leer el cielo,
Cómo escuchar el viento.
Aprendimos lo más temido;
Temer a la madre,
Esa que nos dio y nos da todo,
Esa que hoy tememos pisar.
Ya nuestras huellas no son como deberían,
Sólo son marcas y queremos que sean de marca,
Temible absurdo,
Para quienes fueron felices
Andando descalzos.
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