Y tu cuan princesa,
Das orden a tu belleza,
Mientras recorres de la forma más sutil
las calles lluviosas.
Yo solo te observo,
Cuando el azar nos cruza,
Y mi mirada te ofende,
Es lo máximo que merezco.
Como un perro callejero,
Recorro calles,
y todos sus enredos,
en este pequeño pueblo.
La lluvia cae y lentamente,
Se entierra en mi pelaje,
Hasta alcanzar mi cuero.
Y siento como indolente y fría me contagia,
Indolente como tu mirada,
Y fría como mi soledad.
Esa misma que me hace extrañarte,
Esa misma que me extrañó,
Cuando compartíamos caminos,
Esa misma que me acompañó antes de hacerlo.
Vieja amiga,
Gentil maestra,
De ella aprendí la dulzura,
De ella aprendí como amar,
Como amarme, como amarte.
Con su presencia me recuerda que no estás,
Pero me asegura que volverás,
Das orden a tu belleza,
Mientras recorres de la forma más sutil
las calles lluviosas.
Yo solo te observo,
Cuando el azar nos cruza,
Y mi mirada te ofende,
Es lo máximo que merezco.
Como un perro callejero,
Recorro calles,
y todos sus enredos,
en este pequeño pueblo.
La lluvia cae y lentamente,
Se entierra en mi pelaje,
Hasta alcanzar mi cuero.
Y siento como indolente y fría me contagia,
Indolente como tu mirada,
Y fría como mi soledad.
Esa misma que me hace extrañarte,
Esa misma que me extrañó,
Cuando compartíamos caminos,
Esa misma que me acompañó antes de hacerlo.
Vieja amiga,
Gentil maestra,
De ella aprendí la dulzura,
De ella aprendí como amar,
Como amarme, como amarte.
Con su presencia me recuerda que no estás,
Pero me asegura que volverás,
Con otros ojos, otros labios,
otros recuerdos, otra piel.
Y haremos caminos nuevos,
Recuerdos nuevos,
Hasta que todo empiece,
otra vez!
otros recuerdos, otra piel.
Y haremos caminos nuevos,
Recuerdos nuevos,
Hasta que todo empiece,
otra vez!
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