Estoy listo, presto, dispuesto.
El Bullicio de la multitud es el anuncio
tu acero frío en mi espalda
será la redención de mis pocos pecados,
no obré con maldad,
solo fueron las circunstancias.
Lo entiendo más no lo asumo
no hubo maldad en mis actos,
solo confusiones,
malos ratos,
una que otra rabieta.
Creo ya era para tanto
pero aún así,
aquí estoy,
tan solo esperando
el frió
invadiendo mi corazón
y quitándome el aliento.
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