No es bueno ni leal dar cariño a un perro callejero si no piensas conservarlo, cuidarlo, quererlo.
No eres una buena persona por solo ilusionar lo, darle una esperanza que vas a defraudar, solo por sentirte mejor persona.
Sólo quedará triste y confundido sin poder entender que hizo mal, que hay de malo en él para que nadie lo quiera, seguirá deambulando por las calles, señalado, triste y hambriento.
El corazón es un perro callejero.
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