Las flores mueren en la pradera, en el bosque, en la selva; mueren pero reencarnan en las calles, una marea color arcoiris que ha vivido el ser invisible, el ser violentado, el ser violado y el ser asesinado. Esta marea que no se calla, que es imposible de detener, avanza digna y burlona, danza en las narices del opresor, del gran macho que escudo en mano se protege inútilmente de una mirada.
Manizales 29/04/2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario