Odio mi maldito dolor de cabeza, ya no lo soporto, corrección; lo soporto, pero no deseo tener que seguir soportándolo. Pero bueno, qué más da, acá está y el muy maldito no muestra señal de querer irse, en fin, ¿este es el fin? no lo sé, ni me interesa en este momento. Acá sigo escribiendo como si fuera uno de esos que escribe cosas importantes con muy mala letra, mientras finjo, escucho las pocas conversaciones ajenas que hay en el lugar y así luego de unas cuantas charlas pasas como un extraño más, a mi lado, insignificante, desprovista de todo sentido, externa de nuevo a mi realidad, realidad que difícilmente se aleja de este maldito dolor de cabeza, calor extremo en la cabeza, frío en el cuerpo. ¿cómo resolver de nuevo? en fin! Y aparece mister Johnny Cash, uno de los grandes, pero de esos que no luchó nada externo a él, de esos; cuya lucha fue personal y para su persona, ciego y egoísta, tal vez algún rasgo existencial mostró, al parecer es lo único que le rescata, tocar mí cabeza, o mejor explicado sostenerme la cabeza funciona para mi dolor de cabeza, por un segundo me siento como un personaje de “Hamsun”, uno de esos que habla de sí pero en realidad habla de todos y se hacen interesantes, entretenidos, creíbles. ¿Y si, sólo estoy entrenando? si, entrenando, para ese gran reto, ese qué no sé si podré asumirlo algún día, pero lo deseo, problemas de asumir que “querer no es siempre poder”, no odio esperar, sólo odio estar acá, lo disfruto, el lugar y mi cabeza no ayudan, y ahora tampoco ayuda la colonia de uno de esos que acaba de entrar, espero que el olor, hedor, peste, de ese personaje me deje en paz, uno, no vamos mal otra media página más y el tiempo avanza, ¿dónde estará John? Bueno, ya llegará. Excelente, cambio de esfero, uno barato pero de tinta negra 100% , casi da gusto escribir con esta cosita, sigo acá, dando el show, esperando impresionar a algún pseudointelectual, hiede a marihuana. Jhon no llega, sigue todo sin pasar nada. Y vuelve Johnny con sus modos vaqueros y sus caricaturas de la cultura del sur del río grande, típico de los de arriba hacer ver como bufones a los de abajo y además hacer ver que arriba y abajo son posibles. Un día mi cabeza va a explotar, detestar, soportar, respetar lo irrespetable, los gritos de los tontos, y pues…? cuando se es anti hegemónico, (si es que eso es posible) se hace muy complicado llegar donde alguien que ve desde arriba sólo porque así lo dice su parecer, mientras se resiste a abandonar su infancia, tremenda molestia, pero puedo hacerme el que ni ve, ni escucha. (hoy te enviaré todo esto, espero no te moleste) algo de colombianidad debe quedar me. Otra página, y Jhon no llega. Para mí se torna un tanto más complicada la espera, la cabeza no ayuda, los olores, las presencias, los respetos, nada parece llevará algo agradable este momento, reviso el celular, suena un R&rR miro si hay wi-fi, intento una clave, miro alrededor, la clave falla, sigo esperando, sigo con dolor, sigo y sigo y sigo, y acá seguiré mientras el objeto de me espera no se concrete. Ya dudo esperar a Jhon la cabeza me hierve y no sé qué espero, no sé para qué soporto ¿entonces? ¿asumir o marcharse?.
No hay sentimiento más cruel que la espera cuando el tiempo no se respeta. ��
ResponderEliminarNo hay sentimiento más cruel que la espera cuando el tiempo no se respeta. 🥺
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