Y Si en un alma puede reconocer el amor verdadero,
sin duda lo digo;
es en la tuya.
Amor que no pide cuerpo
o piel alguna
pues sabe que el placer ni funda el amor,
ni lo sostiene.
Amor que no busca promesas,
pues sabe que la palabra
puede olvidarse
y en la esencia etérea habita el silencio.
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